miércoles, 10 de septiembre de 2008

Don José

Si un domingo lo encuentras camino de la iglesia,
lo verás con gorra azul de su prestancia;
yo siempre lo acompaño pata acortar distancia
y a las doce invitamos un vaso de cerveza.

Me cuenta sus recuerdos, su niñez, sus andanzas
y yo por su mirada deseo irme muy lejos;
siempre es capaz de darme la luz de su consejo
y me deja que robe yo también su esperanza.

Tal vez a veces sueña con su Asturias lejana,
con el hogar de piedras al pie de la montaña
que dejara una tarde con ansias de correr,

Y en la suave nostalgia que perfuma la espera
buscan sus ojos mansos la paz de Casomera
y queman en silencio la gloria de volver.

Sergio Rodríguez

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