domingo, 7 de septiembre de 2008

Ausencia

No están y duele, no estás.
Yo, mi soledad, a solas.
Nada remplaza esa agonía,
de no compartir horas.

Solo y sábanas heladas,
sobre camas desnudas.
Nada puedo, no estás.
Tampoco besos, ni manos unidas.

Allá el abandono, acá…
Puertas cerradas, melancolías.
Sin encontrar respuestas, sin…
escucho tristes melodías.

No podré olvidarte, lo sé,
fuego que quema sin quemar,
misterio de sufrir sin sufrir,
injusta condena por amar.

Raúl Vicente Chocobar

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