domingo, 31 de agosto de 2008

El mar del agua




De los cerros donde el viento
no se cansa de correr,
y en los iros y cardones
zumba hasta el anochecer;


De los cerros donde el sol
curte y reseca la piel,
y a la tierra la yareta
se agarra con avidez,


una tarde la pastora,
acosada por la sed,
arreando sus cabritas,
bajó con ligero pie.


De pechos en el arroyo
inclinándose a beber,
la pastora dijo:
- Agüita,
agüita te beberé...


En medio las cortaderas
el hato bebió también.
¡Agua de nieve es el agua
del arroyo montañés!


En su rancho la pastora
muere de calor y sed;
cogida de calenturas
por el mal del agua fue.


¡Agua de nieve es el agua
del arroyo montañés!




Juan Carlos Dávalos

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